La estética, un arma más para hacerle frente al cáncer
Luzca Bien, Siéntase Mejor y Quiérete Siempre Bella ayudan a fortalecer la autoestima de mujeres en tratamiento oncológico: se centran en mejorar su imagen con técnicas de automaquillaje y uso de accesorios. Los resultados se ven en el espejo, y también en el consultorio.
Cuando el médico menciona la palabra “cáncer”, el miedo y la angustia se disparan. Genera estrés y una gran sensación de vulnerabilidad: las mujeres no sólo deben luchar para curarse, sino que deben asumir otras pérdidas y marcas vinculadas con la cirugía, la quimio o la radioterapia. Para ayudarlas a afrontar esta situación, los programas Luzca Bien, Siéntase Mejor y Quiérete Siempre Bella se especializan en capacitación en estética y maquillaje para mujeres en tratamiento oncológico.
Estereotipos y autoestima, un equilibrio difícil
Los viejos -aunque renovados- ideales de belleza nos recluyen en un esquema en el que nuestro aspecto físico se vuelve estándar. La sociedad les exige más a las mujeres: 7 de cada 10 argentinos piensan que ellas sienten mucha presión por alcanzar los estereotipos de belleza (la cifra se reduce al 24% al considerar a los varones), según un informe de la Secretaría de Investigación de la Universidad Siglo 21. Además, los encuestados consideran que la sociedad valora el pelo largo como un rasgo de belleza.
El cabello, justamente, así como la piel y las uñas, se ven afectadas por los tratamientos que combaten el cáncer, por lo que la enfermedad también cala hondo en la autovaloración estética que hace cada paciente. “El enfermo de cáncer transita un proceso en el cual los cambios físicos suelen ser drásticos y devastadores: la imagen que uno tenía de sí mismo se ve deteriorada. La persona se observa en el espejo y no se reconoce”, explican desde la provincia de Chaco las psicólogas Carla Díaz Camblor y Vanesa Bender, colaboradoras de Quiérete Siempre Bella.
Isabel Piriz, presidente de la Asociación Argentina de Psicooncología (AAPSO), concuerda: “Cada mujer tiene su propia imagen mental que, si bien no siempre coincide con lo que quiere ser, es su imagen. El cáncer impacta sobre el cuerpo y deja marcas (visibles o no), que hacen que ya no se sientan atractivas y deseadas como antes de enfermar y se alejen de sus parejas, amigos o compañeros de trabajo”.
Mientras el médico se centra en curar, la mujer queda sola con su incertidumbre y su deterioro físico. Los programas de belleza especializados en oncología ayudan justamente a orientar la reconstrucción de su aspecto, “a volver a reconocerse después de un maquillaje apropiado y el consejo solidario sobre el uso de pañuelos y pelucas”, dice Florencia Huertas, psicóloga y psicooncóloga del Hospital Británico de Buenos Aires.
Dar vuelta el espejo
Reconvertir la relación con el espejo no es tarea fácil y más cuando devuelve una imagen que no se quiere ver. En tiempos en los que la belleza se ostenta y los maquillajes más top son los “nude”, con un aspecto natural y fresco, el reflejo de la propia desnudez puede ser demoledor. Estos talleres trabajan en fortalecer la autoestima de mujeres con cáncer ayudándolas a mejorar su imagen y llevar adelante el tratamiento con mayor confianza.
Durante alrededor de cuatro horas, se habla de la importancia del cuidado de la piel, el maquillaje, el ocultamiento de manchas y el uso de accesorios, como pelucas, postizos y pañuelos. Ambos programas son gratuitos y se brindan una vez por persona, ya que les entregan un kit con productos para poder aplicar lo aprendido en casa.
“El objetivo es desdramatizar la enfermedad y dejar de lado la sensación de descontrol frente a los cambios físicos, ofreciéndoles un equipo de gente sin miedo a hablar de lo que les pasa”, cuentan las psicólogas de Quiérete Siempre Bella. Este programa arrancó en 2012 por iniciativa del estilista correntino Daniel Pacella y el abogado chaqueño Pablo Silvestri Raffin. “Nos dimos cuenta de que a todo el proceso oncológico le faltaba contención, mimos, consejos y que, fundamentalmente, las damas de sectores vulnerables eran las más desprotegidas”, explica Pablo a Entremujeres. En octubre de ese año comenzaron los talleres bianuales en hoteles de distintas provincias argentinas (Chaco, Córdoba, Buenos Aires, Salta y Corrientes), en conexión con los programas de oncología provinciales para la selección de las participantes. El próximo será en Salta el 21 de junio.
La multiplicación de una buena propuesta
“Luzca Bien, Siéntase Mejor”, el programa de responsabilidad social de la Cámara Argentina de la Industria de Cosmética y Perfumería, nació en Estados Unidos en 1989 y se extendió a otros países, como Chile, Uruguay y Colombia. En el año 2000 llegó a la Argentina, y desde entonces hasta fines del año 2013 participaron más de 16 mil beneficiarias y esperan que durante 2014 puedan alcanzar a otras 1.600, comenta a Entremujeres María Esperanza Sánchez, coordinadora de la iniciativa (mirá la agenda de los próximos talleres).
Los efectos positivos de los cursos también se ven en los consultorios: “Se normaliza esta nueva condición estética y pasajera y pone a las pacientes en un lugar de cierto control con respecto a la alteración de su imagen, lo que colabora para pasar el día a día de los tratamientos con mayor tranquilidad. Y eso ya es mucho”, narra Huertas. Díaz Camblor y Bender, por su parte, opinan que “se logra una mayor continuidad y adherencia al tratamiento. También mejora la relación con el equipo médico y el entorno familiar y social, aspectos fundamentales para la recuperación”. Los resultados pasan del espejo, al consultorio.